La vida deportiva de un caballo de carreras suele ser corta, un máximo de 2-3 años, y en ese tiempo un purasangre debe hacerse merecedor con sus éxitos del calificativo de “campeón”. ¿Pero qué factores influyen? La genética es el primero de ellos, pero después son básicos un adecuado programa de entrenamiento y de competición, junto a unos cuidados y una alimentación de calidad.

Sin restarles méritos a otras disciplinas ecuestres, en el mundo hípico los caballos de carreras pueden considerarse auténticos deportistas de élite. Estas “estrellas” de los hipódromos pueden debutar en competición a los dos años, que es la edad mínima permitida, y por regla general no suelen tener un vida deportiva muy extensa, ya que son pocos los ejemplares que realizan más de cuarenta carreras.
Por esta razón no es fácil llegar a convertirse en un caballo campeón, capaz de recorrer hasta distancias de 2.500 metros a una velocidad de 55-60 km/h, haciendo que su peso (unos 500 kg) descanse por completo sobre las patas delanteras unas 120 veces en cada carrera.
Son precisamente esas terribles tensiones y presiones sobre articulaciones, huesos y músculos de las extremidades delanteras, las que acaban provocando que los caballos purasangre se retiren de la competición de forma temprana, dedicándose a labores de cría aquellos ejemplares que han obtenido un mejor palmarés durante su carrera deportiva, unos éxitos que se traducen en ganancias para sus propietarios.

Cómo es un caballo purasangre campeón
Pero la pregunta que nos hacemos todos parece obvia: ¿Un caballo campeón nace o se hace? Y la respuesta profesional tiene que ver con ambos conceptos.
- La importancia de la genética. Está claro que un caballo campeón nace y en ello la genética tiene una influencia fundamental. Ello se puede comprobar en algunos caballos que acabaron siendo campeones y que, sin embargo, no lo parecían en su etapa como “yearling” (caballos de un año) o después de disputar sus primeras carreras.
- La edad de madurez de un caballo de carreras suele estar en los tres años, pero hay casos de caballos campeones que han obtenido sus mejores resultados con cuatro e incluso cinco años, aunque en todos los casos sus progenitores eran caballos y yeguas de renombre.
- ¿Un linaje campeón asegura caballos campeones? Pues no, pero si no existe ese linaje es muy difícil que los potros resultantes de los cruces tengan las aptitudes necesarias para poder competir con garantías de éxito, de ahí que en los cruces los especialistas tengan muy en cuenta las características de ambos progenitores con el fin de definir a los futuros potros.

- Sin entrenamiento no hay paraíso: Como sucede con los deportistas, los caballos de carreras necesitan un entrenamiento adecuado para poder desarrollar y expresar en la pista todo su potencial. Un mal programa de entrenamiento puede dar al traste con el potencial y aptitudes de un buen caballo, de ahí que la figura del “entrenador” sea fundamental en el mundillo del turf.
- Los entrenadores suelen ser antiguos jinetes o personas con mucha experiencia en el manejo de caballos de carreras, porque su labor es diseñar un entrenamiento adecuado en función de la edad del animal y de sus características y saber elegir las carreras teniendo en cuenta la distancia a recorrer y las virtudes y el momento de cada caballo.
- El objetivo del entrenamiento es mejorar y optimizar velocidad, resistencia, técnica y capacidad de obediencia a las instrucciones del jinete. En este sentido la “complicidad” entre caballo y jockey, a parte de las facultades del animal, es un factor fundamental para que un caballo acabe destacando sobre los demás.

- Cómo cuidar a unos deportistas de élite. Para ganar una prueba un caballo de carreras debe estar en buena forma física y mental, y ello pasa por un correcto entrenamiento, unos buenos cuidados que le aseguren bienestar y una alimentación equilibrada y de calidad, que permita que el animal pueda realizar los esfuerzos que le serán requeridos en la pista.
- Tampoco hay que olvidarse de que el ambiente en el que viven estos deportistas de élite debe permitirles vivir de forma relajada y ello significa libertad y la posibilidad de estar en contacto con otros caballos.
¿Cómo es la cría de caballos en España?
Todo el mundo piensa que la calidad de los sementales es lo más importante a la hora de conseguir caballos de carreras campeones, pero los criadores saben que el 50% del ADN de un buen ejemplar viene heredado de la genética materna, un porcentaje que convierte a las yeguas de cría en fundamentales. De ahí que su elección suponga una gran decisión para cualquier yeguada.
En la cría de caballos de carreras también existe cierto machismo, porque por regla general todos los focos se ponen en la calidad y fama de los sementales cuando es una certeza que el 50% de la carga genética de los nuevos potros y potrancas corresponde a las yeguas. Por esta razón los criadores cada vez están más convencidos de que la diferencia entre conseguir un caballo del montón o un auténtico campeón radica en la calidad de las yeguas madre.

En un mundo tan globalizado como el actual y donde está permitida la reproducción artificial, para los criadores es muy sencillo acceder al ADN de los mejores sementales de todo el mundo, pero sin embargo no resulta sencillo disponer en nuestra cuadra de un plantel de yeguas que nos asegure garantías de éxito.
Actualmente, todos los criadores trabajan con la idea de que son las yeguas las que finalmente marcan la diferencia y aunque a nivel internacional existen líneas maternas que han demostrado que funcionan a la hora de conseguir buenos caballos de carreras, la elección de las hembras es siempre una decisión arriesgada.
Los caballos alcanzan la madurez sexual a los cuatro años y la edad reproductiva de una yegua puede extenderse hasta los 15 años. Teniendo en cuenta que el periodo de gestación dura 11 meses, a lo largo de su etapa fértil una yegua puede llegar a tener alrededor de 10 crías.
España no es país para yeguas
En España las carreras de caballos no alcanzan el nivel que tiene el “turf” en Francia o Reino Unido, de ahí que las buenas yeguas nacionales sean escasas. Por otro lado, las más famosas subastas de caballos de carreras se realizan fuera de nuestras fronteras, lo que significa que muchos criadores españoles optan por buscar a las futuras madres en el mercado internacional.

Para las yeguadas nacionales apostar por yeguas y en general por caballos “made in Spain” es muy importante para la cría, porque desde un punto de vista emocional los aficionados a las carreras prefieren ver en las pistas a los hijos/as y nietos/as de caballos y yeguas que vieron correr en su día, frente a los ejemplares importados que en este sentido suelen dejar poca huella en la memoria colectiva.
Por otro lado, para los criadores es importante que las yeguas madre hayan corrido en los hipódromos españoles, porque eso permite valorar mejor las características y posibilidades de cada una de las yeguas y a tenor de los resultados podemos medir cuál es el grado de adaptación a nuestro país.
Por esta razón hay criadores que cuando dan con la tecla de una buena yegua prefieren quedarse para su yeguada con todas las hembras que obtengan, porque de esta forma se aseguran tener siempre garantías de éxito por el lado materno.
Las mejores yeguas españolas
Entre las yeguas españolas que han pasado a la historia del “turf” y que han dado lugar a un línea genética con nombre propio nos encontramos en primer lugar con “Noche”, una yegua que tenía en su sangre el ADN de su gran abuelo “Rheffissimo” y de su madre “Night Swift”, sin olvidarnos de que dos yeguas de leyenda, como “Teresa” y “Casualidad”, que también estaban en sus orígenes.

Como yegua madre “Noche” dejó un total de once vástagos, de los cuales al menos cinco destacaron en competición. En la actualidad dos hijas de “Noche”, “Opikkopi” y “Noctalia” ejercen como yeguas de cría y ya han engendrado nietos ganadores como “Copita de Cava”, “Sudáfrica”, “Pamplona” y “Upa Silvia”.
Otra yegua nacional que obtuvo buenos resultados fue “Abril”, ganadora de cuatro de las diez carreras en las que participó durante su vida deportiva. En la actualidad “Abril” se encuentra en Irlanda, aunque antes nos ha dejado una buena saga de caballos ganadores: “Mayo”, “Andalucía”, “Ategorrieta” y, finalmente, “Abrantes”, un caballo que sumó seis victorias en su historial y un importante segundo puesto en el hipódromo saudí de Meydan.

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