Al igual que nos sucede a las personas, a veces los perros no soportan de nosotros ciertas manías o comportamientos que tenemos con ellos. Recordamos cuáles son las cosas que los perros odian aunque creamos que no, para así molestarles menos y facilitar la relación que deseamos.

Los perros son animales domésticos a los que adoramos, pero eso a veces nos hace tener un comportamiento con ellos que no les hace gracia alguna, precisamente. Si bien siempre nos referimos a esta mascota como el mejor amigo del hombre como así ha demostrado en infinidad de ocasiones, ello no quita que haya cosas que odian los perros. Además, algunos de ellos son ciertos aspectos o detalles que pensamos que son agradables, pero para nada lo son.
A continuación, enumeramos cuáles son esos comportamientos o actitudes que solemos tener con nuestro perro creyendo que le gusta o no le importa, y que resulta todo lo contrario. Porque qué mejor que evitar a nuestro compañero doméstico esos disgustos o sensaciones incómodas que son totalmente innecesarias y que con su ausencia nos será más fácil verle feliz junto a nosotros. Repasamos cada una
1. Si hablas y no gesticulas
Entre las cosas que más odian los perros se encuentra su incapacidad para entendernos cuando les hablamos sin parar sin apenas gesticular. Si no usamos nuestro lenguaje corporal y solamente nos dedicamos a hablar a nuestro cánido, él no entenderá qué pretendemos decirle sin un gesto o una señal que le ayude. Usando palabras cortas o incluso algún sonido le será más fácil comprender lo que estamos queriéndole decir.

Si hacemos lo contrario y simplemente nos dedicamos a hablar como si se tratara de una conversación entre humanos, tu perro puede ponerse nervioso al no entenderte. Además, la opción de utilizar gestos y lenguaje corporal para comunicarte con tu cánido es uno de los principales medios a la hora de educar a un cachorro y evitarle confusión, puesto que no están capacitados para entender nuestro lenguaje verbal completo. Esos momentos confusos e intranquilos para tu mejor amigo no son nada agradables y por ello es una de las cosas que odia tu perro aunque creas que no.
2. ¿Un mal día? no lo pagues con tu perro, no lo entenderá
Todos tenemos días malos, y el ser humano siempre tiende a pagar sus infortunios con quien menos se lo merece. El problema de desahogarnos con nuestro perro es que él no entenderá qué nos sucede, aunque sepa que no estamos bien.

Los gritos y los castigos severos que decidas aplicarle cuando estés de mal humor sólo servirán para ponerle nervioso, confundido y triste, y si ha hecho algo que no nos gusta, el hecho de transmitirle esa energía negativa y enfado no servirá para que se dé cuenta. En definitiva, si pierdes los nervios no entenderá cuál es el problema, siendo esto algo que a la vez les molesta mucho teniendo en cuenta la confusión y el estrés que les provoca. Sin duda, este es otro de los errores comunes a la hora de adiestrar o educar a un perro y que debemos evitar. Piensa siempre que existen otros métodos para regañarle si ha hecho algo mal, y por supuesto evitar pagar con él los platos rotos de un mal día que hayas tenido. Recuerda que no se lo merecerá.
3. Ruidos y olores fuertes: no nos gustan a nosotros, menos a ellos
Así es. Los perros no son nada amigos de los ruidos y olores demasiado fuertes. Una particularidad que también poseen muchos humanos y que siendo empáticos, deberíamos de evitar pasar a nuestro mejor amigo peludo. Son muchos los objetos del hogar que pueden emitir sonidos graves que alterarán la sensación de relax de tu mascota y que le resultarán desagradables e incómodos, siendo una de las cosas que más odia. Bien conocida es la fama de los petardos y de los fuegos artificiales como grandes enemigos del mejor amigo del hombre, que hasta pueden llegar a provocar en ellos problemas de salud y ataques de epilepsia o convulsiones.

Y junto a los sonidos demasiado elevados, los fuertes olores también producen en ellos una sensación de incomodidad desagradable que nunca quieren revivir. Una molestia que si bien no se produce tanto con los olores que desprende la comida y algunos alimentos, aquellos que provengan, por ejemplo, de productos químicos o de la propia limpieza del hogar también les provocará cierto malestar, por lo que a la hora de limpiar la casa, igual que a nosotros no nos gusta el olor que desprenden las mascotas, deberemos ventilar bien y usar productos que no llamen la atención demasiado a su olfato.
4. Tu perro: “Sin rutina, no cuentes conmigo”
Si a los humanos se nos conoce por ser animales de costumbres, los perros no se quedan atrás y la rutina y todo aquello que forme parte de una estructura es importante para ellos y de esta forma, se sienten seguros y tranquilos. Por lo que si optas por adoptar un cánido y no estableces una rutina a la que se habitúe, ten por seguro que no se sentirá cómodo. Pongamos, por ejemplo, que no sigues un horario habitual de comidas y paseos. Esto lo notarás en tu perro, que puede llegar a sufrir incluso estrés o incomodidad si no sigues una estructura diaria y no te planificas bien. Recuerda que aunque a ti no te suponga quebradero alguno, sí lo será para él, por lo que ten por seguro que si quieres convivir con una mascota, esto es una de las responsabilidades principales como propietario que debes tener presente.
5. Mirar a los ojos a un perro y cogerle la cara: Mala idea
De nuevo, una coincidencia más de aquello que no nos gusta demasiado ni a humanos ni a perros. Porque eso de que nos miren fijamente a los ojos o que nos cojan la cara nos resulta incómodo, ¿verdad? Pues a los perros, aunque nos parezca mentira puesto que ha sido algo que se hecho siempre, también les produce un sentimiento similar.

Ni les gusta cuando les miramos fijamente a los ojos ni cuando les cogemos o achuchamos la cara como lo haríamos con un bebé. Esto último además les provoca un bloqueo que les hace sentir incómodos, puesto que el hecho de que les demos palmaditas en la cabeza (para nosotros a modo de caricia), para ellos puede tener un efecto contrario y sentir intimidación ante un ser ‘dominante’. Recuerda que aunque para nosotros sean gestos normales, para ellos tienen otro significado.

¿Cómo hacer entonces para acercarse y saludar a un perro que no te conoce? Nuestra recomendación es que actúes con calma y no uses el contacto físico hasta que el animal te huela y te dé su aprobación para que le acaricies, tras un primer gesto a modo de saludo. Pero ten presente que si empleas los gestos mencionados anteriormente, se molestará.
6. Besos y abrazos, los justos
Esto puede ser tremendamente difícil para las personas, puesto que estamos habituados a expresar nuestro cariño o amor a los seres queridos, y entre ellos incluimos claro está a nuestras mascotas. Pero en el caso de los perros, los abrazos, al igual que si les achuchamos, no les gustan en exceso, como tampoco los besos. Y es que aunque para nosotros sean demostraciones de cariño y apego, a ellos les produce un sentimiento opuesto, de bloqueo y sumisión. Si bien algunos se lo pueden tomar como un juego si están más acostumbrados, la mayoría no suele tolerarlos demasiado y se sienten incómodos si lo hacemos repetidas veces y en escaso margen de tiempo.

En lo que respecta a los besos, aparte de que no es lo más recomendable por cuestión higiénica, ten presente que nuestra mascota puede entenderlos como si fueran lamidos. Un gesto que pueden realizar por diferentes motivos, siendo uno de los mismos la sumisión, por lo que de nuevo le vamos a provocar confusión más que un sentimiento agradable y confortable.
Tampoco queremos decir que nunca tengas un gesto afectivo con tu perro, pero sí que es aconsejable no excederse. Para saber dónde está el límite, puedes fijarte en las señales que seguramente comience a mostrarte a modo de advertencia (relamerse demasiado, bostezar o enseñar los dientes, etc).
7. “No tires de mi”: Lleva bien la correa y no pasees con prisas

¿Te gustaría que tiraran de ti a la fuerza para conseguir que te movieras? No, ¿verdad? Pues a los perros tampoco, aunque nos creamos que sea la forma más eficaz de que se dirijan a la dirección que queremos. El paseo es un momento del día que tu mascota necesita y que le sirve de disfrute para olfatear y ejercitarse, por lo que debemos entender que si llevamos la correa de manera inadecuada o tiramos con demasiada fuerza y vamos con prisas excesivas, haremos que nuestro animal doméstico se sienta de lo más incómodo y molesto, siendo una de las cosas que más odian los perros.
8. No vistas a tu perro si no es necesario

En el blog de Terránea ya hicimos referencia a la utilidad de los abrigos para perros, prendas que en invierno pueden ser una opción interesante para proteger a nuestro mejor amigo del frío, siempre recordando que no todos los perros deben llevar abrigo. Pero cuando llega el calor o temperaturas más primaverales, como propietarios debemos tener en cuenta que no será necesario vestir a nuestro cánido, puesto que lo único que conseguiremos será que se sienta incómodo y molesto durante los paseos. Sé empático y ten presente que los motivos estéticos no siempre son los prioritarios.
9. Si le dejas de lado o le aburres

La soledad en perros es uno de los problemas más habituales que sufren estos animales en la actualidad. Con horarios laborales y otras tareas que ocupan a los propietarios gran parte de su rutina diaria, las mascotas pueden llegar a pasar demasiadas horas sin compañía de su familia humana encerradas en casa. Sabemos que es difícil, pero nuestra recomendación siempre será la de mantener siempre ese rato que nuestro mejor amigo necesita que le dediquemos y le facilitemos entretenimiento y momentos de juego que para él son elementos fundamentales en su día a día. De esta forma, evitaremos que pueda sufrir afecciones tales como ansiedad por separación, que se aburra demasiado y que se sienta infeliz.
10. No por muchos baños va a estar más limpio, pero sí molesto
A diferencia de nosotros, no debemos pensar que los perros necesitan asearse cada día. Estos animales no necesitan un baño con tanta regularidad como a veces pensamos, y ya no sólo les vamos a incordiar si les ‘deleitamos’ con baños diarios, si no que además tendrá un efecto perjudicial para su pelaje, que no necesita agua y jabón cada día. Es cierto que si realmente lo necesitan porque ya toque o porque la suciedad le haya invadido por un día en el campo o similares ejemplos. Establece sus rutinas y baña a tu perro cuando lo necesite, así evitarás molestarle innecesariamente y perjudicar su olfato (necesitan su olor para comunicarse), su pelaje o su piel.
11. Cortar sus uñas demasiado
Sin dejar de lado la higiene, con las uñas sucede igual que con los baños. Lo mucho cansa, y si es innecesario molesta. Así se sentirá tu perro si le cortas sus uñas cada poco tiempo. Si la estética nos preocupa, debemos tener presente que la salud de nuestro mejor amigo es lo más prioritario, y acostumbrarnos a dejar sus uñas más cortas de lo normal puede acabar siendo perjudicial para su bienestar físico.
12. Si eres demasiado afectivo con otros perros
Según cómo tengas educado a tu perro, puede ser más o menos tolerante a la continua presencia de otros de su misma especie. Si es afable y está habituado a tratar y a jugar con otros canes, es más difícil que pueda sentirse apartado de ti si te muestras afectuoso con otros perros. Pero si tu can está más acostumbrado a no tratar con otras mascotas puede sentirse triste o molesto si te encariñas con otro perro o adoptas un nuevo miembro canino sin preparar a tu anterior para la llegada de su nuevo ‘hermano’.
13. No dejar olfatear a tu perro

Ya nos hemos referido anteriormente al olfato como una de las cualidades favoritas de los perros, que pueden emplear en los paseos diarios. Su nariz es una herramienta poderosa mediante la que exploran el entorno y experimenta el mundo que le rodea. Por ello, evitar o entorpecer que lleve a cabo esta labor no nos interesa en absoluto, y debemos dejar que nuestro perro olfatee para que huela a gusto y disfrute de uno de sus instintos favoritos. Mantener a tu perro bajo control durante la caminata no significa evitar que olfatee y explore. De esta forma evitaremos molestarle y que pueda sentirse infeliz. Ten presente 6 claves cuando sacas a pasear a tu perro y disfruta junto a él con tranquilidad.
14. Si le enfrentas a sus miedos como si no los tuviera: trabaja para que los supere
Y para finalizar, otra de las cuestiones que nos puede llevar a confusión por asemejar la manera de actuar humana a la de una mascota. Nos referimos a la costumbre habitual o teoría que muchas personas mantienen para superar los miedos que se padecen, que no es otra que afrontarlos y superar las fobias que por alguna experiencia vivida o recuerdo nos perturban y prefiramos esquivarlas.

La receta psicológica suele ser por tanto la de enfrentarse a ello para así poder mentalizarnos y superarlo poco a poco. Esto puede llevar a equívoco si pensamos que debemos actuar exactamente igual con los miedos que sufren los perros. Si simplemente les enfrentamos a ellos creyendo que acabarán acostumbrándose y los superarán por arte de magia, nos estaremos equivocando, siendo esta además una de las actitudes humanas que más odian y que menos entienden, puesto que les haremos sufrir en vano y será un ejercicio que no servirá en absoluto para que los superen. En cambio, si los trabajamos junto a ellos poco a poco y con una dinámica regular de menos a más, conseguiremos que avancen en este propósito y se vayan sintiendo mejor.

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA
Como quitar la fobia a mi perrita de 8 años a las moscas he usado casi de todo pero no hay manera necesito ayuda urgente. No sale de debajo de la cama. Gracias
Gran labor para concienciar a muchas personas
Los perros necesitan adiestramiento y corregido por profesionales
Gracias por estos consejos tan utiles